En estos casos también recomendaríamos comprar una funda adecuada que te permita estar bajo el agua durante más tiempo y sin preocuparte de que se estropee. Existen muchos modelos en el mercado, como esta carcasa de Optrix.
"Me da mucha nostalgia pensar en los que quedaron atrás y no pudieron pasar cuando todavía había 'pies secos, pies mojados'", dice Batista, quien respeta la decisión y cree que Barack Obama lo hizo para emparejar a todos los latinos. "Puso a los cubanos en las mismas condiciones que los inmigrantes de otros países", indicó. Aunque a la mayoría de los que logran pasar, parece no preocuparles la deportación, el abogado Santiago Alpizar insiste en que deben intentar arreglar su situación, porque sí es posible que los envíen de vuelta a la isla.
Filma lo que te preocupa
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"Los que no están preocupados no están correctos en su línea de pensamiento. Pueden explorar la reapertura de su caso de deportación, que un familiar los reclame, pero deben hacer algo", insistió.
En mi computadora tengo tapada la webcam y el micrófono, pero debo hacer lo mismo con mi móvil? Si es que te preocupa mucho tu privacidad, te contamos que es posible que te espíen a través de la cámara del celular.
Sin vacilaciones se inició en el mundo del documental durante el Período Especial, cuando en Cuba apenas existían recursos de filmación. En su hacer de poeta, fotógrafo y documentalista, posee una actitud casi monástica. Gustavo es uno de esos hombres incapaces de renunciar a su trabajo, con una postura cívica y ética que le impiden desviarse del camino hacia su próximo proyecto.
Me gustaba la idea de filmar historias. Siempre tomé muy en serio que trabajaba en una televisora comunitaria. Por tal motivo, nunca intenté hacer una televisión parecida a la nacional o de otro tipo. Por aquella época fundamos el certamen El Almacén de la Imagen, aunque según la bibliografía actual no se me considere como uno de sus fundadores.
Los reportajes no me gustaban tanto; tampoco dirigir programas de televisión. Prefería salir a la calle con el camarógrafo y filmar. Usábamos unas cámaras de tres tubos a las que se les adicionaba un cable con grabador externo. Filmábamos en cinta de formato UMATIC. Para lograr la aprobación de los cortos documentales tenía que engañar a la producción del telecentro. Pero con la facilidad de la palabra escrita componía los proyectos para que tuvieran otro enfoque.
La idea de mi primer documental, El viaje (1994), apareció un día a las doce de la noche. A esa hora desperté a mi esposa Oneyda y le pregunté qué le parecía filmar un documental sobre el trayecto en tren de Camagüey a La Habana, ida y vuelta. Me interesaba mucho esa sintonía que tiene el hombre del campo cuando va a la capital. Ella me comentó que era casi imposible ir hasta La Habana, porque no me darían la cámara. Cuando le planteé a Mirta el proyecto, me comentó que resultaba difícil pues en el telecentro solo había una sola cámara, y si la empleaba paralizaba la producción. La convencí para emplearla un día entero solamente.
El rodaje fue básicamente lo que sucedió en ese trayecto. No tuvimos posibilidad de viajar varias veces para narrar la historia. Conté con la fotografía de Wilfredo Pérez Omar, un camarógrafo muy bien entrenado. Sin planificarlo, ocurrió un suceso que acompaña muy bien lo anecdótico. Cuando regresábamos, el tren colisionó contra dos vacas colocadas adrede en las líneas. Se estaba cometiendo un acto de vandalismo que ponía en riesgo la vida de muchos. Rodamos cómo la policía apresó a los individuos, y aquel hecho le confirió un carácter de investigación profunda, pues para lograr escenas como esas debes filmar muchos días.
El Viaje devino una motivación muy importante porque obtuve premio en el Festival Caracol de la UNEAC y en el de los telecentros, ese mismo año. Me abrió las puertas para luego seguir con otros proyectos. Aunque por las condiciones del momento, los realizábamos en un día o tomábamos espacio dado con la cámara para los programas de la parrilla de programación cotidiana, y en tiempo filmar un pedacito, guardarlo en un casete, la otra semana poder rodar y guardarlo otra vez.
Se trata de temas álgidos, no publicados. Existe además un poco de cinismo en el creador, ya sea periodista o realizador. En los noventa y principios del 2000 la producción documentalística cubana se asocia al carácter reporteril, periodístico, para cubrir zonas que a los jóvenes, sobre todo, les resultaba urgente comunicar y que el periodismo no decía. Por otra parte, se instituyeron festivales, concursos, y era muy fácil epatar. Resultaba complicado filmar una obra de profundidad investigativa, pues a los muchachos les importaba más expresarse rápidamente para colocarse en festivales o en la Muestra, y ser reconocidos.
Siempre he hecho fotografía fija. Cuando la tecnología era analógica, hacía mis propias películas, recortaba los rollos, revelaba e imprimía en un cuarto oscuro en mi casa. El sentido de tocar con las manos lo que estaba fotografiando tuvo un poder tremendo sobre mí. Pero la primera vez que un amigo belga me enseñó una cámara digital en la que podías borrar, reencuadrar y ejecutar otras acciones, desperté de una manera tal que cuando dejé la fotografía analógica no tuve problema. Igual me sucedió con la edición no lineal y con las posibilidades que la tecnología me ofrecía para modificar la imagen filmada.
Comencé a informarles sobre lo importante de la tecnología por la cantidad de efectos que facilitaba. Pero para mí eso no definía, sino que el montador se convirtiera en un narrador también, en contraparte a la hora de la edición, que no se apegara a lo filmado. Todos los días tenía que instalar un software distinto en la computadora. Tampoco me deslumbraron mucho las posibilidades de la tecnología pues siempre he tenido claro que lo que filmo no necesita coherencia de manera lineal, no tiene que ser ortodoxo.
Existen personas muy entusiasmadas por ubicarse en los grandes circuitos del cine, por acceder a las mejores tecnologías, al gran reconocimiento, quizás yo también, solo que el camino para llegar es distinto. Sé que vivo fuera del centro generador de poder económico, pero tengo una postura ética y cívica que no me permite titubeo alguno, ni renunciar a lo que creo. Desde ese conocimiento, constancia, consolidación en mi pensamiento y actitud, continúo filmando así y lo seguiré haciendo.
Mi esposa y yo trabajamos hace alrededor de siete años en un documental sobre Severo Sarduy. Intentamos buscar financiamiento y al fin logramos obtener presupuesto para ir a París, pero tuvimos que esperar seis años para ello. Sin embargo, creemos en el proyecto y estamos firmes en lo que queremos decir. Eso nos llevó a vender muchas cosas de nuestras vidas personales para obtener una buena cámara y filmar en Francia, a negociar tantas y tantas veces para guardar las imágenes. Eso puede parecer un pensamiento de joven.
Sería pretensioso decir que he dejado una huella en la historia del audiovisual cubano. Lo que sí puedo afirmar, porque lo compruebo con mi acción cotidiana, es que le he hecho bien a algunas personas. Siento la satisfacción de comunicarme, de ser reconocido por ello. La trascendencia es algo a lo que todos aspiramos, pero a pocos les toca. Sería mentira si alegara que no me gustaría trascender con lo que hago, pero no me preocupa.
Muchos de los jóvenes que filmaron en los noventa fueron arriesgados, a la luz de hoy quizás no tanto, pero en medio de aquellos años te preguntabas cómo era posible que se atrevieran a hablar de temas vedados, censurados, tabúes. Estaban fuera de la institucionalidad, pero cuando filmabas este tipo de problemáticas te encontrabas expuesto a que la institución represiva, la policía, pudiera tomarte preso. Muchas veces me vi enrolado en ese tipo de situaciones. Había que ser valiente.
Lo filmado en los noventa y principios de los 2000 resulta muy importante como registro de una época. Quien necesite saber cómo eran los trenes entonces, cómo vivía la gente, cómo la crisis marcó la situación del cubano de a pie, puede ver mis documentales. Todos vivimos momentos muy difíciles. Si lo relacionas con el cine, más aún, porque es un proyecto de creación por lo general colectivo. Los cineastas que dirigieron en esa época sobrepasaron muchas dificultades con prácticas muy ingeniosas y con la creatividad tremenda que guarda el hombre.
Por otro lado, opta por el endoso restrictivo si te preocupa que el destinatario no use los fondos como tú deseas. También es una buena idea si te preocupa ser estafado. La información bancaria que incluyas en el cheque garantizará que nadie más podrá acceder a esos fondos de forma ilegal.
Durante los cuatro años y medio de filmación, Cao Dewang y su fábrica expresaron todo su accionar de forma pública y sin reservas. Mucha gente se pregunta por qué Cao Dewang estuvo dispuesto a "correr tales riesgos".
Dos días antes del lanzamiento de "American Factory" en Estados Unidos, el 21 de agosto del 2019, Cao Dewang asistió a una proyección previa del filme. El personal administrativo de Fuyao, que vio el documental con él, estaba preocupado de que pudiera generar controversia.
Cuando a usted le preocupa la salud mental de un niño, puede que la familia, los amigos y quizás hasta el pediatra le aconsejen que se tranquilice y espere, lo superará. A veces es un buen consejo. Otras veces no.
Esta es una razón importante por la que las familias esperan para buscar consejo o ayuda. Pero como toda espera debe ser activa. Decidan una fecha para volver a hablar sobre el asunto, y traten de acordar metas en los comportamientos donde quieren ver cambios. Si se mantienen vigilantes de los problemas que les preocupan, tendrán una base más sólida para tomar una decisión cuando vuelvan a tocar el tema. 2ff7e9595c
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